Viajeros en el tiempo
El caso de Rudolf Fenz Andrew Carlssin

Hacia calor y la gente paseaba por esta avenida neoyorquina, de
repente se formo un remolino de gente que se agolpó en una de las esquinas de
esta avenida, concretamente frente a uno de los cines. Parecía que un peatón
había sido atropellado, la policía hizo acto de presencia en el lugar y tras un
primer reconocimiento, pudieron ver que se trataba de un hombre de unos 30 años
de edad, pero esto no iba a ser lo que más les extrañara, sino la ropa que
llevaba.
Esta ropa estaba impecable y se trataba de una levita negra, un
amplio sombrero, unos zapatos con hebilla y un pantalón estrecho, a priori se
podrá decir que no hay nada de extraño en esta descripción, pero hemos de decir
que la ropa en cuestión era de finales de siglo XIX.
Para más desconcierto de los agentes de Policía que
intervinieron, fue el hecho de encontrar en uno de sus bolsillos un puñado de
billetes y monedas, en perfecto estado, pero con la particularidad de que estos
se encontraban ya fuera de circulación. También encontraron un puñado de
tarjetas a nombre de Rudolf Fenz y una carta, en la que figuraba la fecha del
año 1876 en el matasellos de la misma y que iba dirigida a este Sr. Rudolf
Fenz.
El Agente Hubert Rihn, de la Oficina de Desaparecidos del
Estado de New York, fue el encargado de iniciar la investigación. Comenzó su
tarea investigadora por los emigrantes de origen Alemán, Austríaco y
Centroeuropeo que tuviesen el apellido Fenz, llegados a EEUU después de la 2ª
Guerra Mundial.
Tras esa larga y tediosa investigación no consiguió ningún
resultado. Cuando Hubert Rihn ya lo daba todo por perdido, se encontró con un
número de teléfono en un listín telefónico del año 1939 en el que figuraba un
tal Rudolf Fenz Junior. Se puso al habla con esta dirección y se encontró a la
viuda de Rudolf Fenz Jr, el cual resultó ser el hijo del atropellado y que
también había fallecido hacía unos años. La viuda comentó que su suegro
desapareció en 1876, cuando salió a dar una larga caminata por el campo, tal y
como solía hacerlo para poder fumar, ya que al parecer a su mujer no aprobaba su
vicio, y tras esa salida no se volvió a saber nada más de él.
El dato que terminó de corroborar la veracidad de esta
información fue la aparición de Rudolf Fenz en la lista del archivo de personas
desaparecidas del Estado de New York del año 1876.
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